Tengo dos conexiones posibles a internet desde mi casa: el wi-fi del adsl telefónico y el internet móvil.
Hace unos meses, había dejado de funcionar el wi-fi. Querían hacerme pagar una cuota mensual de mantenimiento para arreglar algo que... no era un problema. Lo resolví recurriendo a una categoría gnoseológica en extinción que se llama "lógica". O mejor, si quieren, "sentido común".
Pero hace unos días, un corte de luz (estimo que algo de eso intervino), me dejó sin teléfono y sin conexión. Si llamo al servicio de reparaciones, por algún misterio de fe a cuya iluminación aún no accedí, se me informa que el pedido ya fue realizado.
No creí que fuera tan terrible: "después de todo, tengo internet móvil prepago", me dije ayer, y antes de irme del trabajo hice una recarga de Claro. Cuando a la noche quise conectarme, me resultó imposible. Según ellos "no tenía crédito suficiente".
Hoy compré una tarjeta y la cargué. No tuve mejor suerte. Llamando desde el celular, me cortaban. Finalmente, encontré la forma de hablar con una voz humana: presioné "uno" (en lenguaje claro y distinto, significa "quiero cambiar el equipo"). Me respondieron de inmediato. El asunto es que hace dos días que "están trabajando para resolver el problema" y que "los packs de internet móvil no están funcionando". Amén, aleluia. Pregunté por qué no avisaban cuando algo dejaba de funcionar: "no es política de la empresa"; pregunté qué hacía con el vacío de los 40$ consumidos en el fútil intento de evitar el autismo cibernético inmediato, pero la amable e inútil dama que habló conmigo se abstuvo de darme ningún consejo obsceno.
O tal vez me lo dio justo en el momento en el que corté la llamada. Porque unos minutos después la amable e inútil dama volvió a comunicarse, para saber "si se había interrumpido la llamada o había cortado yo", y le expliqué que había cortado yo, para no espetarle a ella un insulto que no se merecía, porque yo estaba enojada pero no era su responsabilidad: pobre señora amable e inútil que trabaja como recepcionista de improperios dirigidos a otros....
Así que estoy sin internet y sin teléfono. En pleno nomadismo, di con un barcito cuyo wi-fi estoy usando ahora.
En verdad, en verdad os digo: si no contesto no es porque no quiero, sino porque no estoy.
Ahora me voy a protestarle por mail al Sr. Claro. Seguramente no le importará, nada será distinto.
Cuando vuelva, quién sabe cuándo, a contar con internet sedentaria (o móvil pero propia), tal vez escriba aquí mismo mi apología de la queja.
Ahora no, porque primero tengo que quejarme. |